lunes, 15 de septiembre de 2008

Diego Armando Maradona



Mi cotidiano insomnio

Mi cotidiano insomnio se obstina en el misterio
de recordarme al otro aquel que fui.
El niño que rondó algún potrero
que, seguro, ya no besa la luna.
Aún no habías nacido y andabas en mi envidia,
como en todos los niños.
Diego, en la callada foto que conservo en mi cuarto
donde desguarnecido te apoyaste en mi pecho,
vi tu desolación de niño acorralado.
Se adivina el madero en tu mirada tierna.
Una constelación de multitudes
te ha cercado por siempre.
Ya no tendrás olvido,
ya no tendrás descanso.
Mientras haya un planeta en que respire un niño,
un niño habrá que sueñe que es Diego,
y que repite los goles imposibles
de músicas y pájaros.

Leonardo Favio










viernes, 5 de septiembre de 2008

Vientre de luto


Vientre de luto
(madre del viento)


Aquella luz que se ha ido apagando

Es semilla que jamas brotara

En el vientre que se ha sembrado;

Y tantos sueños anhelados

Son aurora que no vendrá,...

Arrullo sin despertar.


Triste madre del viento,

Que cruza la brisa de la mañana

Tal vez tan joven y sin saberlo

Creció un día su dulce pecho

Y una vida se aferro a sus entrañas,...

Para luego irse en horas tempranas.


Hermosa criatura que no será niño

Dejándote por las noches en vela

- mezcla de cansancio y cariño-

Y que el caer de un corpiño

Sea del pequeño la dulce espera,...

Del seno de madre; su mamadera.


Melodías ya no queda ninguna,

Que aguardaron ser remanso

Y hoy se esconden en la bruma

Junto a canciones de cuna,

Arrumacos y abrazos,...

Perdidos en el ocaso.


Saber que su primera palabra

Es un susurro del eco tan lejano

Que surca fronteras de almas

Tomándose de otras palmas

Aferrándose a otras manos,...

Testigos de sus primeros pasos.


¿Que miraran sus tiernos ojitos

Tal vez azules o verdes

En ese lugar tan bendito

Con nubes como corralito? ;

¿Quizás el amanecer que se pierde,...

O algún rostro que ya no recuerde ?


No sé bien donde estará

Pero tu cuerpo lo espera

Por que aun sé que vendrá

A inundar la soledad

De ese vientre en forma nueva,...

Anidando otra vez; sobre tus caderas.